HOMENAJE AL CAPITÁN HADDOCK, EL AMIGO MÁS FIEL DE TINTÍN

"Las Aventuras de Tintín" no serían lo mismo sin el personaje del capitán de la marina mercante, Haddock, el amigo fiel del joven reportero. 

Colérico y enérgico, ex-alcohólico declarado aunque a veces cae en la tentación, es creador involuntario de innumerables situaciones cómicas, que luego serán las más recordadas de los cómics. Sin embargo siempre estará al lado de Tintín como un padre, ayudándole en los momentos claves. 

Al igual que Tintín, no soporta la injusticia y, en determinadas situaciones, exterioriza su frustración y mal humor con un torrente de insultos de lo más original.

De maneras rudas y con un mal carácter que llega a resultar cómico, desarma al lector con su buen corazón y su lealtad incuestionable

El capitán es descendiente del bravo Caballero de Hadoque, capitán de la Marina del Rey Luis XIV quien, como comandante del EL UNICORNIO, partió en 1698 desde la isla de Santo Domingo, debiendo enfrentarse a un abordaje de los piratas de Rackham El Rojo.
El capitán Haddock hace su aparición en "El Cangrejo de las Pinzas de Oro", inicialmente como un personaje secundario, pero pronto se demuestra que es un excelente contrapunto a la seriedad  y sensatez de Tintín. En esta viñeta de "La Isla Misteriosa", Haddock permanece impasible ante la terrible tormenta que zarandea la nave y a sus ocupantes sin piedad.
Suele ocurrirle al capitán que, en las escasas ocasiones en las que se muestra simpático, la respuesta de la otra parte no sea la que él se esperaba, como en estas viñetas de "El Templo del Sol"...

 ...o que una demostración de salto de longitud acabe con un "premio" sobre su cabeza (del mismo álbum).
Algunas veces, su falta de concentración y su exceso de confianza puede resultar dramático, como en esta viñeta de "Objetivo la Luna".
Eso sí, nada como un buen libro para pasar el rato en el viaje hacia la Luna ("Aterrizaje en la Luna").
Hombre decidido y enérgico, a veces no calcula bien sus fuerzas, con resultados realmente cómicos para todo el mundo menos para él, como le pasó en "El Asunto Tornasol"...

 ...en más de una ocasión.
Es tan humano que a veces olvida que una ducha teléfono no es un teléfono.
Tampoco es un gran jinete, pero él nunca dejará solo a Tintín, así que lo hace como buenamente puede ("Stock de Coque")
 A veces, su curiosidad infantil, puede herir la susceptibilidad de algunas personas...
...como le ocurrió en "Stock de Coque", mientras visitaba las ruinas de Petra en Jordania.
A veces, el destino le ayuda a no caer en el lado oscuro....
 ...aunque luego surgen importantes dudas.
Otras veces sus palabras resultan de lo más profético ("Stock de Coque")
Su rudo carácter de marinero no sirve de gran cosa en determinadas situaciones ("Tintín en el Tíbet")
Como le ocurre a los niños, rara vez es capaz de medir las consecuencias de sus actos. Aquí está a punto de provocar un alud, en pleno Tíbet.
Pero para mí, la mejor de todas las viñetas del capitán Haddock en las aventuras de Tintín es cuando ve al Yeti, y no es capaz de dar pie con bola a la hora de avisar a Tintín debido a los nervios. ("Tintín en el Tíbet"). 
Al final, nada hace más feliz al capitán Haddock que comprobar que Tintín está sano y salvo.
Gracias, Hergé, por el más entrañable de los personajes de cómic.

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