Para que un timo tenga éxito, es necesario hacer creer a una persona codiciosa, que está a punto de conseguir una ganga. En este caso, el timado debe creer que es mucho más listo que el timador. La codicia y las expectativas de enriquecimiento fácil anulan todas las alarmas ante una posible estafa.
Uno de los principales enemigos que mina la transparencia del mercado del arte es el de las falsificaciones. Todos los pintores importantes han sido falsificados y existen poderosas mafias que tratan de embaucar a los incautos con obras fraudulentas que, en muchas ocasiones, superan los minuciosos análisis y estudios realizados por expertos.
Descubrir si un cuadro es falso o auténtico es un proceso lento y minucioso. Los falsificadores son artistas con una capacidad especial para imitar los estilos del autor al que falsifican. Tras crear la obra, esta es llevada al especialista en falsificar firmas. Luego es necesario que algunos "expertos" de renombre firmen certificados de autenticidad. El caso es ir creando un "historial" de la obra falsa: galerías, exposiciones, etc.
Destaca el gran crecimiento del mercado del arte falso en China. La producción de falsificaciones a nivel industrial crece a la misma velocidad que la demanda. Todo ello ayudado por la legislación china que exime de cualquier responsabilidad a las casas de subastas, si una obra resulta ser falsa. Cientos de miles de chinos trabajan en la industria de la falsificación, produciendo obras de una calidad asombrosa.
El vídeo de Cau Artístic, "El Cuadro", es una pequeña y humorística crítica sobre un tema que es un verdadero drama. Y como dicen los expertos, muchas veces es más fácil descubrir la verdad mirando en la parte de atrás.
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