Restaurantes y grandes centros comerciales ofrecen este tipo de "comida rápida" a un precio muy económico lo que, unido a su buen sabor y a la excesiva cantidad en las raciones, tiene el éxito asegurado entre los jóvenes y los no tan jóvenes. Aumenta espectacularmente la obesidad entre los niños y desemboca en problemas sociales y psicológicos. A la industria no le importa el valor nutricional de la comida, ni la salud de los clientes. Sólo le importa vender la mayor cantidad posible de raciones poco saludables que, encima, provocan más apetito y más sed. Tampoco a las autoridades les importa la salud de sus ciudadanos. Y así está la cosa.
Hamburguesas, pizzas, salchichas, patatas fritas, bebidas gaseosas, carnes, dulces industriales, etc, alimentos todos ellos muy saturados en sal, que provocan excesos de dopamina y orexina, incrementan la sensación de placer, que animan a seguir comiendo. Los incrementos de masa corporal son espectaculares y pueden llevar a la obesidad mórbida, con ICMs superiores a 40.
Cau Artístic hace una pequeña crítica, demostrando lo fácil que es caer en la tentación y las terribles consecuencias de la misma. Busquemos una alimentación más sana y seamos conscientes de que nuestro cuerpo debe de ser cuidado con amor y sabiduría.
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